La situación nueva de pandemia dispara estados de ansiedad.
El elevado
nivel de incertidumbre que acompaña esta situación precipita y mantiene
un estado de captación ansiosa que constituye la preparación frente a una
amenaza nueva y desconocida.
La situación vinculada con la pandemia es un estresor que puede incidir en
nuestra calidad de vida. Algunas de las emociones que podemos estar
sintiendo ante esta situación son:
• Miedo: a perder la salud, a las posibles consecuencias de la enfermedad,
a la falta de recursos, a la falta de insumos básicos. Es posible sentir
miedo ante una situación que se percibe como nueva y amenazante. Es
posible que pensamientos como “me puede pasar a mi” o “puedo contagiar
a mi familia”, emerjan. Frente a ello pueden aparecer pensamientos
negativos asociados a la muerte propia o de la familia, así como también
temor a contagiar a los seres queridos y provocarles un daño. Estos
sentimientos pueden generar tanto reacciones funcionales como
disfuncionales.
Dentro de las reacciones funcionales es posible que aparezcan conductas
creativas, actividades formativas o recreativas. En el caso de las
reacciones disfuncionales que pueden incrementarse -aquellas conductas
que implementamos para regular nuestras emociones negativas-,
encontramos como ejemplo consumir noticias compulsivamente, entre
otras.
• Frustración: esta situación puede provocar una sensación de pérdida de
libertad, de dificultad en llevar adelante proyectos y actividades
personales. Puede haber pensamientos del tipo “no puedo hacer lo que
hago siempre”, “no puedo terminar mi trabajo”, “quiero salir y no puedo”.
Frente a esta situación novedosa estamos obligados a ser pacientes y
debemos generar nuevos hábitos.
• Enojo: suele ocurrir cuando experimentamos la sensación de que está
ocurriendo un hecho injusto. Puede haber pensamientos del tipo de “el
gobierno tendría que haber cerrado antes, esto no es mi culpa” u “otras
personas no respetan la cuarentena y se aprovechan”. Lo que puede
provocar conductas irresponsables como salir de casa o iniciar pleitos. Es
importante recordar la importancia de realizar las denuncias por los medios
oficiales y no exponerse a situaciones violentas.
• Ambivalencia: es posible sentir alivio por estar en casa pero también
emociones como miedo, frustración o enojo. Puede suscitarse en
pensamientos del tipo “ahora puedo hacer lo que nunca hago. Aunque
quisiera saber cuándo terminará todo esto”.
• Desorganización: el hecho de no poder continuar con la propia rutina es
un factor que desorganiza nuestra
estructura; ya que perdemos la sensación de control. Es importante
recordar la capacidad que tenemos para
reorganizar una nueva estructura.
• Aburrimiento: el aislamiento provoca que nuestra posibilidad de
vincularnos para compartir tiempo con otros se reduzca significativamente;
con lo cual nuestras actividades de ocio y esparcimiento disminuyen
significativamente. En este sentido, pueden aparecer pensamientos del
tipo “¿ahora qué hago?”, “¿cuándo podré salir a divertirme?”. Es
importante utilizar los medios digitales que tenemos a nuestro alcance para
seguir manteniendose en contacto. Tenga presente que es una situación
transitoria y la conducta de respetar las indicaciones es en sí misma una
acción muy valiosa para usted y toda la comunidad.
• Tristeza: esta situación puede darse por la ruptura de la cotidianeidad.
También puede agravarse con el aislamiento y por tener contacto reiterado
con noticias negativas. Pueden aparecer pensamientos del tipo “no tengo
ganas de hacer nada”. Tenga en cuenta que es una situación transitoria y
que el propio esfuerzo por respetar las regulaciones es lo que permitirá
que finalice lo antes posible. No deje de compartir estos sentimientos con
las personas con las que comparte su hogar o con otros a través de
medios virtuales.
• Sentimiento de soledad: la falta de vinculación puede provocar una
sensación de soledad y agravarse especialmente en aquellas personas
que viven solas. Pueden aparecer pensamientos del tipo “me siento solo”,
"qué hago si me pasa algo". Es importante tener en cuenta que otros están
pasando la misma situación y que puede ser posible establecer nuevas
formas para vincularnos. Quizás con personas a nuestro alrededor
(vecinos, comerciantes de la zona, etc.) con las que no solemos
relacionarnos o también a través de medios virtuales que hasta ahora no
habíamos utilizado.
• Sensación de encierro: el aislamiento puede hacernos sentir
encerrados y agobiados. Pueden aparecer pensamientos del tipo “quiero
salir a la calle y juntarme con gente”. Recordar lo transitorio de esta
situación y la posibilidad de realizar otras actividades pendientes en el
hogar es importante para utilizar recreativa y productivamente el tiempo.
• Ansiedad: la situación puede provocar sensaciones desagradables en
relación a la incertidumbre. A su vez, pueden aparecer conductas y
pensamientos que busquen huir de la realidad. Pueden aparecer
pensamientos del tipo “voy a dormir hasta que termine esto”. Es importante
intentar mantener una rutina, establecer una serie de actividades para
realizar durante el día y separar un espacio del mismo para el
esparcimiento.
Estas emociones pueden tramitarse identificándolas, aceptando y
cambiando aquellas conductas que interfieren con el afrontamiento de esta
situación. Identificar implica observar y comprender nuestros pensamientos
y emociones.
UNO PUEDE TENDER A TENER PENSAMIENTOS COMO LOS
SIGUIENTES:
Estos pensamientos, que pueden calmar a una persona lo llevaran a tomar
conductas de riesgo, exponiéndose a sí mismo y otros. La conducta
también modula las emociones.
La emoción es la desesperanza y su aparición dificulta que nuestra
conducta se mantenga estable, ya que si nada sirve no tiene sentido hacer
nada. Es importante identificar esta emoción para comprender que la
misma nos hará más difícil generar una nueva rutina y respetar las normas
sociales.
La emoción suscitada es la ansiedad de que algo se está perdiendo. Es
probable que nos lleve a estar hiperactivos, al agotamiento y al sentimiento
de fracaso. Establecer metas resulta una buena estrategia en esta
situación, pero es esencial que éstas sean realistas; ya que imponer metas
muy exigentes contribuirá a generar un sentimiento de que uno no rinde lo
que debería.
RECOMENDACIONES PSICOLÓGICAS PARA AFRONTAR LA
PANDEMIA
No pasa nada, esto no me va a afectar, están exagerando.
Es catastrófico, no lo van a poder controlar, estamos totalmente
desprotegidos.
Debo aprovechar esta situación para hacer todo lo que tengo pendiente,
debo ganar tiempo, monitorear constantemente el número de infectados y fallecidos confirmará
un sesgo negativo que incrementará nuestro malestar y hará más difícil
que podamos mantenernos regulados.
La aceptación de esta situación
implica tomar estos fenómenos imponderables como parte de la naturaleza
y estar más en contacto con el presente sin hacer proyecciones a las
posibles consecuencias de esta situación
RECOMENDACIONES Y CONSEJOS PARA AYUDAR A CONTROLAR
LA ANSIEDAD EN RELACIÓN AL CORONAVIRUS:
• Mantener los horarios del sueño.
• No sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables
(organismos oficiales, instituciones prestigiosas) y en momentos del día
establecidos (por ejemplo, al mediodía o a la tarde, y no tanto al despertar
o antes de
dormir).
• Aunque no vaya a salir de su casa, quitarse el pijama o la ropa de dormir
para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del
día.
• Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online,
hay muchos gratuitos y de calidad.
• Hacer una rutina de ejercicios físicos periódica en casa, siempre tomando
en cuenta que es una situación especial.
• Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea
posible.
• Alimentarse bien y mantenerse hidratado.
• Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares,
amigos y personas de confianza a
través de medios digitales.
• Limitar los grupos de chats que difunden noticias, muchas de ellas falsas
o erróneas ya que promueven pensamientos
negativos y catastróficos y le imponen a nuestra mente un sobreesfuerzo.
• Ser considerado con uno mismo, con sus estados emocionales, teniendo
presente que los cambios de rutina tan
abruptos, la incertidumbre y la amenaza de la pandemia afecta nuestro
estado emocional por más saludables que
seamos. Considerar que esto mismo le ocurre a los demás, por lo tanto,
intentar ejercitar la tolerancia con nosotros
mismos y con los demás.
• Las personas somos seres rutinarios, sociales y valoramos la
previsibilidad. Tengamos presente que la pandemia
en pocas semanas alteró todo esto.
• El cambio implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas a esta
situación con la finalidad de afrontarla positivamente.
• El armado de nuevas rutinas es un desafío, requiere flexibilidad y tener
en cuenta que es un esfuerzo el cambio
de rutinas muy abrupto.
• Si se tienen hijos o menores cercanos, es importante hablar con ellos.
Converse sobre la información oficial sobre el coronavirus en un lenguaje
adecuado a la edad y de manera honesta.
Recuerde que la familia y los
afectos observan nuestras emociones y comportamientos.
• Los niños tanto como los adultos requieren mantener espacios de juego y
divertimento que promuevan emociones
positivas.
• Si vive en espacios reducidos y en familia no los sobreexija con tareas.
Tenga presente que respectar la cuarentena es ya un esfuerzo en sí
mismo y como tal es valioso. Converse en familia sobre el sentido altruista
de las conductas responsables para que tengan sentido los esfuerzos.
• Buscar ayuda adicional. Si se siente muy nervioso, triste, ansioso o que
la situación afecta alguna esfera de su
vida, busque un profesional de la salud mental. Siempre con la finalidad de
encontrar modos constructivos de manejar
la adversidad.
Para la confección de esta guía se utilizó información proveniente de la Ministerio de Salud de la Nación, Organización Mundial de la Salud (OMS), Medical Weill Cornell Center, NIH (National Health Institute)
En contexto para nuestra labor y en palabras de Bernardo Blejmar
La casa es la casa y no la escuela (recordatorio en tiempos de pandemia )
Con toda la muy buena intención y compromiso de estar juntos en la interrupción de clases y lograr la continuidad del aprendizaje de los chicos se ha desplegado una ola de actividades/exigencias de tareas a ser realizadas por estos en el seno de la familia aislada .
La "invasión pedagógica"dio pie a una tormenta perfecta : padres alterados , chicos sobreexigidos , dificultades técnicas
mediantes la toxicidad del ambiente en aumento sustancial .
Estamos aprendiendo en el camino , lo vamos viendo , aparecen algunas reflexiones que pueden generar nuevas conversaciones .
1 Tan imposible como no requerido es transformar la casa en una aula de escuela ,, la casa es el ámbito del adentro familiar y la escuela constituye el desafío del afuera social ( si hay adentro y fuera en la realidad )
2 Educar es mas que garantizar la inclusión bancaria de contenidos
3 Educar es como adultos de hacernos cargo del crecimiento integral de los Nuevos como personas , haciendo lugar a la emergencia de lo nuevo que traen los Nuevos
4 Acompañar a los chicos es acompañar a la familia y comprender a los educadores en sus presiones cotidianas
Bajar la exigencia , subir el encuentro , ganar vida
El silencio , el vacío , también pueden ser experiencias educativas si confiamos
5 Tal vez encontremos en estos días , la oportunidad de nuevos aprendizajes que no figuraban en ningún curriculum oficial
Solo hace falta dejar aire y tal vez respiremos mejor .
Nos seguimos leyendo...